
¿Qué es eso del silencio que tanto nos irrita? Ante la menor pausa en una conversación sentimos la necesidad de hablar, no importa sobre que, sino decir algo para llenar el espacio que se supone en blanco, vacío, sin sentido. Dirá Carmen Pardo Salgado. «Es preciso perderse para empezar a escuchar». Es necesario despojarse del ego para ser permeable y recibir el entorno acústico sin juzgar ni tamizarlo. Nos transformamos en seres visuales, casi todo pasa por los ojos y si no lo vemos no lo creemos. Dirá John Cage, padre de la música electroacústica (antecesora de la música electrónica) «(…) aún en el entorno más aislado posible escucharemos los sonidos del torrente sanguíneo y del sistema nervioso (…)». No podemos escaparnos al sonido, somos parte e instrumento de la sinfonía universal que quizás comenzó con una explosión. El señor de la foto, que está en estado contemplativo, es John Cage. Su obra 4 minutos 33 segundos desafía lo que conocemos como silencio. Esta versión del año 2004 se realizó en un teatro a sala llena. ¿Qué es eso del silencio que tanto nos irrita? Contemplar, escuchar, dejarse invadir por el entorno, sin juzgarlo.